Modelo economico de china
¿Es China una economía de mercado?
El Consenso de Pekín (chino: 北京共识) o Modelo China (chino: 中国模式), también conocido como Modelo Económico Chino,[1] es la política y la economía de la República Popular China (RPC)[2] que comenzó a instaurar Deng Xiaoping tras la muerte de Mao Zedong en 1976. En 2004, Joshua Cooper Ramo acuñó la expresión "Consenso de Pekín" para definir el modelo de desarrollo económico de China como una alternativa -especialmente para los países en desarrollo- al Consenso de Washington de políticas favorables al mercado promovidas por el FMI, el Banco Mundial y el Tesoro de Estados Unidos[5]. En 2016, Ramo explicó que el Consenso de Pekín no demuestra que "todas las naciones seguirán el modelo de desarrollo de China, sino que legitima la noción de particularidad frente a la universalidad de un modelo de Washington"[7].
La definición del término no está consensuada. Ramo lo ha detallado como una política pragmática que utiliza la innovación y la experimentación para lograr "un crecimiento equitativo, pacífico y de alta calidad", y "la defensa de las fronteras e intereses nacionales"[4], mientras que otros académicos lo han utilizado para referirse a "una política estable, aunque represiva, y un crecimiento económico de alta velocidad"[8].
Resumen del modelo chino
Desde que Deng Xiaoping cambió la trayectoria de la política económica china en 1978, la República Popular China (RPC) ha acumulado un impresionante historial de crecimiento económico. Sin embargo, muchos economistas y analistas políticos se preguntan si el sistema económico verticalista y mercantilista de la RPC es sostenible a medio y largo plazo.
Este informe explora los problemas económicos estructurales a largo plazo y a corto plazo de la China contemporánea, y en particular considera si el régimen de Xi Jinping puede evitar una crisis financiera y gestionar eficazmente una transición hacia un nuevo equilibrio estable. Los problemas estructurales incluyen un inminente descenso de la población y de la mano de obra; los problemas asociados a una red de seguridad y bienestar social subdesarrollada e infrafinanciada; la desigualdad regional y de ingresos; la degradación medioambiental; y la escasez interna de materias primas, producción agrícola y recursos energéticos. Los graves problemas económicos analizados en el documento son una burbuja inmobiliaria, la acumulación de niveles peligrosos de deuda, la dependencia de los mercados y la financiación exteriores, una difícil transición hacia una economía más orientada al consumo y menos a la inversión, la represión de los dinámicos sectores digital y financiero, la vuelta al predominio de las empresas estatales y manufactureras de baja productividad, y la débil gobernanza de un régimen cada vez más autoritario y que no rinde cuentas. Muchos de estos graves problemas son el resultado de los cambios en la política de Xi desde 2013. El giro de Xi hacia una mayor autosuficiencia económica, al tiempo que mantiene relaciones comerciales mercantilistas, señala una desvinculación efectiva de EE. UU. y las economías aliadas.
El modelo chino de desarrollo
En otras palabras, la nueva maquinaria, la mejor tecnología y la mayor inversión en infraestructuras han contribuido a aumentar la producción. Sin embargo, aunque el stock de capital creció casi un 7% anual entre 1979 y 1994, la relación capital-producto apenas ha variado. En otras palabras, a pesar del enorme gasto de capital, la producción de bienes y servicios por unidad de capital se mantuvo más o menos igual. Esta pronunciada falta de profundización del capital sugiere un papel limitado del capital.
La mano de obra, un recurso abundante en China, también vio disminuir su peso relativo en la economía. Así, mientras que la formación de capital por sí sola representó más del 65% del crecimiento anterior a 1978, y la mano de obra otro 17%, en conjunto sólo representaron el 58% del auge posterior a 1978, una caída de casi 25 puntos porcentuales.
La parte del crecimiento de la producción correspondiente al trabajo superó el 50%, mientras que la parte aportada por la formación de capital cayó por debajo del 33%. Un crecimiento tan explosivo de la productividad es notable (la tasa de crecimiento de la productividad en Estados Unidos fue del 0,4% de media entre 1960 y 1989) y envidiable, ya que el crecimiento impulsado por la productividad tiene más probabilidades de ser sostenido. El análisis de los periodos anterior y posterior a 1978 indica que las reformas orientadas al mercado emprendidas por China fueron decisivas para crear este auge de la productividad.
¿Qué es el modelo chino?
Cuenta corriente 164.900 millones de dólares (2017)[6]Deuda externa bruta 1,01 billones de dólares (1 de agosto de 2022)[6]Finanzas públicasDeuda pública 71% del PIB (2022)[19][nota 4]Saldo presupuestario-6,5% del PIB (2019)Ingresos¥30,74 billones(4,45 billones de dólares)[20]
La República Popular China tiene una economía de mercado socialista mixta en desarrollo de renta media alta[27] que incorpora la planificación económica a través de políticas industriales y planes quinquenales estratégicos[27] Tiene la segunda economía más grande del mundo por PIB nominal, con un total de alrededor de 18,32 billones de dólares en 2022, y la economía más grande del mundo desde 2016 cuando se mide por paridad de poder adquisitivo (PPA)[n 1][28] China representó el 18,6% de la economía mundial en 2022 en términos de PPA[29][30] y alrededor del 18% en términos nominales en 2022[29][31]. [29][31] Históricamente, China fue una de las principales potencias económicas del mundo durante la mayor parte de los dos milenios que van desde el siglo I hasta el siglo XIX. 32][33] Muchos analistas afirman que el modelo económico chino es uno de los principales ejemplos de capitalismo de Estado en el siglo XXI. 34][35] La economía se compone de empresas estatales y empresas de propiedad mixta, así como de un amplio sector privado nacional y la apertura a las empresas extranjeras en un sistema. Recientemente superó a la economía de la Unión Europea en 2021[36].